lunes, 3 de noviembre de 2008

Americalandia's president

Hola a todos.

Espero que hoy hayáis visto las noticias de Antena 3, porque no tenían desperdicio. Debido a lo cercanas que están las elecciones en EE.UU, todos los canales están optando por hacer informativos especiales para "ponernos al día".

En cualquier caso, el reportaje estrella ha sido una entrevista echa en un barrio obrero (no recuerdo en qué estado era). Los periodistas se han puesto a preguntar a las familias obreras sobre su opinión respecto a Obama. Hay dos declaraciones en concreto que brillan con luz propia.

La primera es del típico americano: estatura media, piel blanca, bigote, gafas de "poli malo" y, por último, gorra de baseball (¿cómo no?). Su respuesta ha sido demoledora: "No confío en Obama debido a su religión islamista. Si gana, creo que nos convertiremos en un país comunista y terrorista, y no me gustaría".

La segunda estaba hecha a una mujer rechoncha de edad media: "Si tanto ama América, ¿por qué todavía no ha declarado su amor por la bandera?".

No he podido más, la risa acabó conmigo en ese momento. Con personas así viviendo en el país, uno puede entender como van las cosas. De hecho, empiezo a pensar que incluso yo podría ser presidente de EE.UU si del pueblo dependiera. Para que veáis lo fácil que resulta, aquí os dejo una serie de pautas:

1. Ante todo, hay que ser humilde. Nosotros somos insignificantes comparados con nuestras instancias inmediatamente superiores: Dios y América. Digamos lo que digamos en un meeting, nunca debemos olvidarnos de mencionar que confiamos nuestro destino a Dios y que creemos en la bandera Americana.

2. Nunca debemos hablar usando el "yo", si no el "nosotros". Al pueblo le gusta pensar que también participa en todo lo que hace el país y creer que representa a la nación (palabra ésta, que les enorgullece muchísimo).

3. Siempre hablar de la libertad, la igualdad y la tolerancia. Son los conceptos favoritos del público y consiguen un buen índice de aplausos gratuitos.

4. Recordar siempre a los que escuchen nuestro discurso que los Americanos somos los mejores del mundo (pero dicho de forma más suave).

5. Siempre alabar al obrero americano y las ganas de trabajar del pueblo. Recordarles que ellos construyeron solitos la nación.

6. Por último, pero no menos importante, que no se os pase recordarle al pueblo quienes son los "chicos malos". Podéis hablar de Irak, o podéis hablar de algún país desconocido (por ejemplo, Albania, véase la película La Cortina de Humo). Colará igual y quedaréis como los salvadores del mundo.

Con un pueblo en el cual más de la mitad de la polbación no se entera de nada de lo que pasa, no debería ser muy difícil dominar al ganado. Olvidad todas las películas americanas en las cuales hay héroes inteligentes con iniciativa, todo eso es una parodia. La verdadera América es el país de los paletos (está claro que no todos son así, tal vez haya un 10% de personas inteligentes, aunque el resto les pierde). Son como un rebaño: fácilmente manipulables, se les puede llevar por donde uno quiera.

Un saludo.

P.D. Como extra, os dejo este fantástico vídeo que, a pesar de tener ya algún tiempo, sigue captando la esencia americana igual de bien.

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