sábado, 12 de julio de 2008

Probablemente, el peor restaurante del mundo


Hola a todos.
Este año vuelvo a trabajar en la despiadada industria alimenticia. Por desgracia, no pude encontrar un trabajo mejor y no he tenido más remedio que volver a trabajar, un verano más, en McDonalds.
Al menos, me encargaré de aclararos como van las cosas por ahí, para que no cometáis el mismo error que yo.
Comencemos hablando de las personas que ahí trabajan. La excepción son unos pocos, que siendo personas normales, no acabo de comprender como terminaron ahí. La minoría son personas como yo que van a trabajar sólo una temporada, a falta de algo mejor. Por último, la mayoría, son imbéciles.
En este último grupo, se incluyen sujetos lamentables. Por un lado, tenemos a los encargados. La mayoría pertenecen al grupo de excepción, personas normales que han acabado aquí. Sin embargo, otros están acabados. Hay quien toma cocaína, quien se inventa su propio mundo, quién grita a todos porque sí, etcétera.
Luego están los no encargados, que son casi peores. Están amargados y frustrados ya que tienen prácticamente el mismo conocimiento que un encargado, pero ellos no han sido ascendidos. Sin embargo, eso importa poco. Aprovechan que llevan más tiempo trabajando en McDonalds para cebarse con los novatos como yo. Pase lo que pase, nunca es su culpa, siempre la tuya.
Sin embargo, no importa. Yo ya estoy en la universidad y ellos no tienen ni el graduado de ESO. Ya he llegado más lejos que ellos. Sus expectativas en la vida son llegar a ser encargados para cobrar 850€ de sueldo y estar así hasta jubilarse. Es gracioso que se crean mejores que yo sólo por saber hacer 4 Big Mac 20 segundos más rápido que yo. Pero, ¿y si llego a acabar mi carrera? ¿y si me convierto en un publicista? ¿Y si me compro una casa y un BMW serie 7? Esta claro que son suposiciones e imaginaciones, aunque al menos, estoy más cerca de conseguirlas que ellos, que ya están acabados a pesar de no tener ni 25 años.
Sigamos con la comida. Mi consejo es que, directamente, no volváis nunca. Si apreciáis vuestra vida, no comáis nada de McDonalds. Por un lado, está la cuestión del colesterol, que no es poco. Por otro, el hecho de que cuesta casi lo mismo que otros restaurantes donde te sirven más comida, más sabrosa, te tratan mejor y además no te hacen recoger la bandeja (bueno, en otros sitios, además, no usan bandejas).
Pero no sólo eso, si vierais la preparación de la comida... Cuando un pan cae al suelo, se levanta y "no se ha visto". Si una carne se hace 30 segundos menos de lo necesario, se sirve y "no se ha visto". Si falta algún ingrediente en la hamburguesa, no pasa nada, igual no se da cuenta el cliente. Eso por no hablar de las cucarachas que corretean en su libre albedrío, de un tamaño considerable.
Con todo esto, creo que el ministerio de sanidad debería darse una vuelta por aquí, pero por sorpresa. Así cerrarían más de un establecimiento, o, ya de paso, toda la cadena.
Ya lo sabéis, el bar de la esquina de vuestra casa trata mejor la comida que un McDonalds. Es la típica empresa internacional: las cosas son muy bonitas por fuera, pero por dentro son mierda pura.
Un saludo.

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