viernes, 24 de octubre de 2008

Dos vías rápidas a la originalidad (que no os engañe la foto)

Hola a todos.

Últimamente he estado dándole vueltas a eso de si se puede ser original hoy en día. Tras mucho pensar, sólo se me ocurren dos formas (seguro que hay más, pero yo no puedo imaginarlas).

La primera consiste en inventar algo increible. No me refiero a una serie televisiva revolucionaria (Qué vida más triste) o un grupo de música raro (Tokyo Hotel). No, yo me refiero a algo glorioso de verdad, como por ejemplo una cura para el VIH. Eso te haría original ya que serías el primero y los demás sólo serían seguidores. De todas formas, sólo un puñado de elegidos tienen reservadas tales tareas en su vida.

Suponiendo que no pertenecemos a ese grupo de genios, siempre nos queda la segunda posibilidad. Es increible como un mundo tan mercantilizado como el nuestro no logra ahogar esta opción.

En fin, ya sabréis que la industria funciona a base de estandarización. Por ejemplo, a la hora de hacer un coche, existen unas cuantas piezas que combinadas de determinada forma, añadidas o sustituidas, dan lugar a cinco modelos diferentes de coche (cabrio, berlina, coupé, etc.). Ahí está el poder de la industria, con un sistema fácil y organizado y con unos gastos mínimos, pueden hacernos sentir originales. Digo sentir, porque está claro que ese coche se lo habrán comprado otras 100.000 personas por lo menos. Y claro, te sientes original hasta que te cruzas con alguién que lo tiene exactamente igual que tu. Entonces entiendes que la sensación de originalidad es una falsa euforia que sólo sirve para que firmes el contrato y les pagues la deuda.

Y de ahí proviene mi segunda opción: el tuning (por si alguien está pez, es el arte de embellecer vehículos y personalizarlos hasta el máximo posible). ¿Cómo es posible que, incluso el tuning, que esta comercializado, pueda lograr que tu coche sea original? Quién sabe, tal vez por los millones de piezas existentes, tal vez por el otro millon de piezas que llegan a fabricarse artesanalmente por los propios usuarios, lo cierto es que ofrece combinaciones casi infinitas. Es algo que compras en tiendas, talleres, páginas web, y aún así sigue siendo algo original.

El problema es que tiene que gustarte de verdad. Teniendo en cuenta lo que cuesta cualquier tontería, por pequeña que sea, la satisfacción que debes sentir debe ser muy grande. En el momento en el que adelantas a otra persona que tiene el mismo coche que tu pero de serie, entonces es cuando te puedes sentir superior. De todas formas, pensado de manera práctica, es un gasto estúpido de dinero. Lo único que lo salva es que todos hacemos gastos estúpidos de dinero (es decir, cosas que no necesitamos: tabaco, alcohol, videojuegos, colecciones diversas, etc.).

De todas formas, no os equivoquéis. Mi coche es lo más alejado del tuning que podáis imaginar. Tan alejado, que es de hecho una chatarra.

Un saludo.

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