domingo, 19 de octubre de 2008

¿Por qué no se mueren? (IV)

Hola a todos.

Vuelve el cuarto capítulo de "¿Por qué no se mueren?", entradas dedicadas exclusivamente a la gente más tonta que pueda existir entre la gente tonta de la ciudad (y del mundo).

Hoy le toca el turno a cierto taxista. Este colectivo es famoso por su "peculiar" forma de conducir (es decir, respetando sólo el 30% de las normas de circulación). Sin embargo, les tenía por tipos que cuidan su coche por encima de todo (al fin y al cabo, es su medio de vida). Además, aunque me caen un poco mal y hagan cosas raras, siempre les he tenido por perros viejos detras del volante que difícilmente harían tonterías.

Ese mito murió anoche alrededor de las tres de la mañana. Llevaba ya varias horas viendo series variopintas en mi PC, cuando reparé que llevaba escuchando el motor de un coche durante más de cinco minutos. Entonces me asomé por la ventana y lo ví. Había un maldito taxista intentando meter su gigante Opel Meriva en un hueco diminuto. Delante había un Toyota RAV4 negro y por detrás un pequeño Renault Clio bastante viejo.

Entonces el taxista estaba haciendo el típico "aparcamiento del subnormal". El procedimiento es el siguiente: marcha atrás, golpe con el coche anterior, marcha adelante, golpe con el coche de delante. Esto se repitió como unas veinte veces (estaba preguntándome si no tendría ya pelada la pintura de los parachoques). Evidentemente, por mucho que lo metiera con calzador, el coche no cabía.

Mi sorpresa llegó al bajarse el cerdito de su Opel y subirse al RAV4. ¡Así que también era suyo! Lo bajó un poco quitando el freno de mano (pegándolo al culo del coche siguiente) y volvió a su Opel. Al final y después de diez minutos de aparcamiento, logró poner su estúpido coche a costa de machacar el pequeño Renault Clio. También debo añadir que, mientras que dejó una gran distancia entre su Opel y su RAV4, el Renault cio lo dejó pegadísimo.

Entonces, simplemente se apeó del coche y se fue calle abajo. Entonces se me ocurrieron muchas cosas. "Con los años que tiene ese Clio (por lo menos 10), con lo bien que estaba conservado, y que por culpa de gente gilipollas ahora esté siendo machacado...". "Puto taxista, ¿es que quiere rayar su coche también?". En cualquier caso, la idea más definitva que se me ocurrió fue: "Si llega a ser mi coche, me bajo, le rayo el lado y le pincho dos ruedas, luego me voy en el mío". Por suerte no lo era y lo dejé correr. También me pregunto, ¿no sería mejor denunciarlo a la policía y llevarse a su costa unos cuantos miles de euros?

En cualquier caso, ahí quedó todo hasta el día siguiente. Cuando me levanté por la mañana, fuí corriendo a mirar por la ventana. Definitivament supe que el taxista era imbécil. Había cogido su coche otra vez y había dejado el RAV4 de tal forma que no pudiera aparcar nadie más. Así, cuando viniera otra vez, podría meter su puto taxi de nuevo en el sitio...

Viendo la cosa así, ¿no sería mejor pincharle las ruedas y dejarle el coche "aparcao" por un par de días? Con gente así a uno se le quitan las ganas de comprarse un coche nuevo. Mejor cualquier chatarra, total, vendrá alguien como el y te la hará polvo...

Un saludo.

No hay comentarios: